martes, 15 de enero de 2013

El embarazo!!!!!



Uyyyy, yo diría que los primeros 3 meses son por lejos  los meses más complejos del curso del embarazo gemelar. A las dos semanas de confirmado mi embarazo (1 mes 3 semanas) se iniciaron las nauseas. Pasé por casi 5 meses el día completo con ganas de vomitar. Llamaba al médico suplicándole por algo para atenuar el malestar y la respuesta de éste era: "Es normal, aguántese". No lo podía creer. Tenía que trabajar y el malestar no me soltaba.Debo confesar que no fuí capaz de aguantar eso sin ayuda. Comencé a averiguar por otros lados hasta que llegué a una amiga a la cuál le habían recetado "Pluriamim"...ahí estuvo mi salvación.
Además de las nauseas también tuve mucha acidez, pero eso pasó pronto luego de los tres meses.
El otro item importante de esta etapa, es que, un alto porcentaje de estos embarazos gemelares no llegan a término.Recuerdo que el médico nos advirtió que las pérdidas son más frecuentes en éste tipo de embarazos y que en un 80% de los casos uno de los bebes se absorbía y finalmente uno solo llegaba hasta el final.
En algún lugar yo y mis miedos suplicábamos al más allá que uno de estos bebes o proyecto de bebes se re absorbiera. Que malaaaa!!! Pero es que la idea de dos me resultaba mucho más de lo que yo podía abarcar.
Ser madre ya me parecía una tarea difícil. Ser madre de dos al mismo tiempo me parecía algo titánico.
Después de la primera eco que en general se suele hacer a las 8 semanas de gestación, venía la Eco de la semana número 10. Según el Dr era altamente probable que uno de los dos huevitos ya no estuviera. Algo me decía en mi corazón que los dos huevitos seguían intactos. Y así fue, semana número 10 el Dr nos confirma que ambos huevitos, ahora fetos, están perfectos y que lo más probable es que ambos sigan su curso como hasta ahora.
     Creo que a estas alturas ya mi intuición femenina me había preparado para esta noticia. Ya no somos dos, ahora seremos 4!!!!
   En mi experiencia durante el embarazo nunca tuve mucha hambre, por tanto recién a los 4 meses mi panza se comenzó a notar. Las nauseas me hacían difícil mis rutinas diarias. Atender pacientes, salir con amigos, recibir visitas en la casa, etc. Ni  pensar en realizar algún tipo de ejercicio.En total sólo subí 12 kilos.
Mis pequeñas eran gemelas bicigotas (mellizas) discordantes. Osea una era significativamente más grande que la otra. Por esta razón mis hijas debieron ser sacadas por cesárea en la semana número 33 de gestación. La más chica ya no estaba creciendo como se esperaba y llegó a estar en el percentil 2 de crecimiento para su edad gestacional.
   Temas importantes que a mi como mamá psicóloga me surgieron durante el embarazo fueron para comenzar el apego. Cuando a los 5 o 6 meses los bebes comienzan a ser sentidos por la mamá,a mi me pasó que me generó "ruido" el no saber quien era. Podía ser cualquiera de las dos. Pienso que es distinto a cuando es un embarazo de un solo bebé. Cuando el pequeño se mueve uno lo puede nombrar, le puede hablar dirigiéndose específicamente a él. Yo me dirigía a mis mellis. Siento que hasta que no las ví frente a mí no podía imaginarlas, ni vincularme con ellas por separado.
 Otro elemento importante a mi modo de ver en el embarazo gemelar es que las fantasías que pueden surgir acerca de como nuestro cuerpo resistirá esto es distinta. Claramente tener en el vientre dos bebes y en dos bolsas distintas, vaya que hace la diferencia. Al menos en el imaginario, porque a decir verdad en la práctica no creo que haya tanta diferencia. Yo imaginé que mi cuerpo se extendería hasta el infinito y más allá, pero no fue así. Es más desde el punto de vista físico no tuve ninguna complicación, vale decir no tuve retención de líquido, ni aumento de presión arterial, ni problemas de diabetes gestacional ni nada. Todo impecable. Sólo al final del embarazo debí hacer reposo para que la bebé más pequeña creciera.

 

2 comentarios:

  1. Hola

    llego a tu blog por una comentario en mi blog y me encuentro con esta bonita historia. Bueno, supongo que a estas alturas te has dado cuenta que podías con todo y que eres una mamá muy afortunada con estos dos soletes tan preciosos. Me choca mucho lo del "ruido" cuando hablas de no saber con certeza quién era la niña que se estaba moviendo. Yo siempre les puse nombres, y más o menos me hacía la enterada cuando la parte del bebé en cuestión se movía, y por ello no tuve nunca problemas en este sentido para poder llamarles por su nombre. El problema llegó cuando en el nacimiento de mi segunda pareja la cirujano se confundió al sacar a los bebés, o esa fue mi sensación. Yo sabía que el primero que estaba colocado recibiría un nombre, y en cambio al hacerme la cesárea no se vació el lugar del que supuestamente estaba en ese lado y ahí es donde yo sentí algo parecido a eso que llamas "ruido". Para colmo en el bautizo el sacerdote se volvió a equivocar, o mejor lo equivocaron, porque las madrinas se cambiaron el niño a última hora y les bautizaron con el nombre que recibieron en la tripa de su mamá. ¡Cosas del Señor!

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  2. Jajaja Gema!!! Lo importante es contar con la complicidad de tu ginecólogo/a que te indique la posición. En el primer embarazo lo hizo así y desde la semana 20 pude conectarme con cadauna de ellas por separado.
    En este segundo ha ocurrido lo mismo... a ver qué sucede en el parto.
    Creo que para cualquier madre conectarse con su bebé o bebés es muy inportante para el inicio del vínculo, yo disfruto mucho de este momento pues es cuando son sólo "mías".

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